La boda de Laura y Bernat fue de esas que se viven con una sonrisa de principio a fin. Un día de verano radiante, espacios al aire libre que invitaban a disfrutar sin prisas, y un ambiente que desbordaba alegría.
Desde el primer encuentro con ellos supimos que su celebración iba a ser pura energía. Ganas de pasarlo bien, de bailar, de compartir con todos los que los quieren. Y así fue. Una boda con muchos invitados, sí, pero con una vibra tan cercana y auténtica que todo fluyó con naturalidad. Buen rollo, abrazos, alguna que otra lagrimita de emoción y una fiesta que se alargó hasta que ya nadie recordaba la hora. #Pixis
















































































































































